domingo, 16 de octubre de 2005

La verdad acerca de los perros y los gatos

Es cierto que los perros y los gatos no se llevan bien, pero alguien se ha preguntado ¿por qué? Pues bien, en uno de mis ratos libres y al observar a mi perra rottwailler y a mi gato mirandose con odio, entendí el porqué; y no sólo eso, descubrí que las personas somos iguales a la mascota de nuestra preferencia entre estos dos animales, lo cual puede explicar porque a unos les va bien y porque a otros no, porque hay países desarrollados y porque otros seguimos en el atolladero. Dejenme explicarles con un ejemplo sencillo: los perros nacieron para que se les dieran órdenes, para que los entrenaran y a cambio de una galleta, brincan, se sientan, dan la pata, etc., pero los gatos hacen lo que se les da la gana, cuando se les da la gana, no reciben órdenes de nadie ni mucho menos a cambio de algo, si se les consiente, bien, y si no, por ello no se deprimen.


Pasemos ahora a las personas, hay personas a las que le gustan las órdenes y que, por ejemplo a cambio de una limosna, trabajan, actùan, comen, brincan, saltan, etc. Pero hay otras a las que no les gusta la corriente y se inventan nuevas cosas, no siguen a la masa, y hacen lo que quieren cuando quieren. En pocas palabras, hay gente con alma de perro y hay otra con alma de gato. Las personas de alma de perro son lo que se llamaría "esclavos del sistema": apegados a las reglas, mojigatos, con la misma opinión que el resto de almas perrunas, creyentes de todos los comentarios televisivos hechos por unas tontas o tontos con aire en la cabeza, seguidores de los comentarios de un locutorazo de pacotilla (que por cierto no es más que un viejo verde), lambones, feligreses extremos, etc., etc., etc. Los de alma de gato son los llamados "in": inconformes, insoportables (a veces), inquietos, inadaptados, incomprensibles, y en pocas palabras los raros, los diferentes, etc., etc., etc., (cabe aclarar que la mayoría de estos apelativos vienen de las almas perrunas) pero son ellos quienes cambian el mundo, inventan cosas, se rebelan contra el sistema, escriben obras literarias excelentes y hacen lo que se les da la gana.

Algo curioso es que los países en los que se prefiere a los gatos por encima de los perros, son países industrializados y generalmente sin problemas económicos o sociales como los de los países en vía de desarrollo. Aclaro que intento ser neutral pero, admitámoslo, las almas perrunas y gatunas tienen que ver algo con la elección de los gobernantes y de su posición en el mundo, sino, ¿por qué aún estamos donde estamos?, ¿por qué la gente se auto-exilia?, ¿por qué el que hace algo diferente termina muerto?, por dar ejemplos.  A fin de cuentas, lo que importa es que al menos se haga lo que pasa en mi casa, el perro por un lado, el gato por el otro, pero en la mayoría de las veces se respetan los espacios y si no, se reprenden por violar las reglas, ése el el porqué de su pelea continua, pero al menos allí, la grande protege al pequeño y sobre todo lo acepta.